viernes, 6 de junio de 2014

No hagas de las riquezas tu única meta en la vida


Supongo que todos pasamos por momentos en los que pensamos que todo lo que gira a nuestro alrededor cambia y no precisamente para bien verdad? Nos detenemos a ver con mucho cuidado que el tiempo no pasa en vano, pero es lamentable ver  más cambios negativos que positivos, vemos el cambio en nuestra pareja… creemos que ya no somos tan importantes para el o para ella, tendemos a reflexionar en que ya no somos tan cariñosos…tiernos…amables… y llegamos a pensar que el amor se está agotando! Pero antes de continuar con lo que posiblemente hay algo más  que agregar a esta lista de escases matrimonial. Déjame hacer un énfasis a tan triste realidad.

La palabra de Dios dice en proverbios 23:4
        “No hagas de las riquezas tu única meta en la vida”
Y seguramente te preguntaras ¿porque este pequeño texto y que tiene que ver con los cambios en nuestro hogar y en nuestro matrimonio?  La respuesta es muy simple, pasamos mucho tiempo en el trabajo que descuidamos no solo nuestros hijos, sino también nuestro matrimonio… y lo que más valor tiene es nuestra familia. Es verdad que vivimos en una época donde hay que trabajar más precisamente para darle lo mejor a los hijitos, y si es muy razonable y valida esta excusa. Pero  llegamos tan cansados a casa que cuando si el nene viene para abrazarnos o la niña nos cuenta lo que paso en la escuela, nos molesta, solo queremos paz y tranquilidad, no queremos que nadie nos moleste, al día siguiente es  lo mismo, y eso sin mencionar que estamos poniendo una gran barrera entre nosotros contra la esposa o el esposo y los hijos.
Ahí es donde estamos mal, mal, mal, porque los hijos y tu conyugue no te van a agradecer todo lo que les diste, no agradecerán la hermosa casa que construiste, la cantidad de ropa y zapatos que les compraste, y ese lujoso auto en la cochera. Ellos le darán más valor que aunque no tengan todo eso, siempre recordaran momentos que pasaron juntos en familia que por falta de tu tiempo no fueron más seguidas y solo ocurrieron cada fin de año. Es posible que no se invierta mucho tiempo y dinero en una salidita aun dentro de tu ciudad, no cuesta mucho una tarde para salir a caminar y comer un helado, o preparar un rico pastel, simplemente llevarlos al parque a jugar… pero piensas tanto en tu trabajo que no te hay espacio para tonterías  ¿no es así? Lo que tú le llamas tonterías para los hijos es todo en su mundo, y después nos preguntamos ¿porque ellos son  fríos y distantes? ¿Por qué la esposa es amargada, enojona, robótica, que solo sirve para limpiar la casa, prepara los alimentos, atender a los hijos y ser mujer una o dos veces por mes? Y sabes a lo que me refiero, y esto último es lo más la base a todo lo que mencione antes.

La pareja y su relación marital es el complemento a una vida llena de paz, armonía, y respeto! ¿Apoco no cuando pasamos una noche de amor, al día siguiente andamos muy livianitos y vemos todo diferente? Vemos el día color de rosa, les ponemos más atención a los niños, y todo lo que implica el hogar.
Somos felices! Por favor invierte más tiempo a tus hijos, a tu esposo o esposa, pero más que todo no olvides jamás tu intimidad con Dios todas las mañanas, para que tu día sea más exitoso.

Ama, a tus hijos ahora que los tienes junto a ti, no lo quieras hacer cuando ya no te necesiten y sepan valerse por sí solos, o cuando pudieron más las malas amistades, las drogas, el alcohol, para arrancártelos de tu lado y no puedas hacer nada para ayudarlos.
Ama a tu esposa o esposo cada día que por muy cansado o cansada  del trabajo o de las   cosas cotidianas no pierdas tu gentileza y tu amabilidad, no te desquites con los más débiles para sacar tu enojo o tu frustración, ya que comenzaste a formar tu hogar con él o con ella y al final de tu vida así terminaras, solo con tu conyugue.  Tu puedes ayudar a que tu esposa cambie su actitud, al igual que las mujeres pueden hacer que el día de su esposo cambie, trátalo bien, consiéntelo, cuida tu aseo personal para que siempre estén arregladita para él, no impongas   voluntad ni le quites su autoridad, recuerda que él es el sacerdote de tu hogar, no le levantes la voz, ni lo humilles, y si lo has hecho te aconsejo que le pidas perdón no solo a él, sino a Dios, porque le has herido du corazón, se detallista con él, sorpréndele con casas nuevas cada día con pequeños detalles.

Concluyo dando este peque pero certero consejito: ora todos los días por tu esposo o tu esposa y por tus hijos. No los descuides. 
En el libro de los romanos 15:4 dice:
“Todo lo que está escrito en la biblia es para enseñarnos.  Lo que ella nos dice nos ayuda a tener ánimo y paciencia, y nos da seguridad en lo que hemos creído"
Déjate instruir con la palabra de Dios en como debes tratar a tu familia, y cree siempre que tendrás una vida mejor.