Una experiencia para contar
Quiero platicarte un poco de lo
que he vivido a lo largo de mi vida con mi pareja para que ya no la riegues
tanto como yo, ¡ups! Aprendí, que si se puede llevar un noviazgo en el matrimonio,
porque el amor no muere en el altar, no se termina cuando llegan las
responsabilidades junto con la llegada de los hijos. Es verdad que cuando tienes la noticia de tu primer
bebe, en lo último que piensas es en los gastos que se generan a futuro, el
fruto de tu amor con tu pareja es más grande y la alegría de saber que serás padre o madre.
Pero el primer error que cometes
como esposo, es que no ves a tu esposa como mujer realizada y como madre, más
bien la comienzas a ver como una incubadora de bebes y de tus descendientes, y
toda tu atención está en el recién nacido
que en el tremendo dolor que padeció la pobre, ella tratara de pasarlo por alto
pero guardara en su corazón ese momento, y a medida que van creciendo los hijos,
tú la haces absolutamente responsable de las tragedias y accidentes ocasionados para la formación de tus hijos… no lo hagas
por favor! Dios dijo que tu esposa seria tu ayuda idónea. La mujer tiende a no tenerte respeto sino más
bien es miedo a fallarte, y eso va creando un estrés para ella, así que no interpongas sin querer a
los hijos entre tú y tu pareja, no se olviden del uno como del otro, dicen por ahí
que los hijos son prestados y que daremos cuentas a Dios de ellos, pero también
somos responsables de nuestro esposo o esposa al final de todo quedaremos tal y
como comenzamos, siendo una pareja en casa, te sugiero que valores este tips! Interésate
más por llevar una vida tranquila y amorosa con quien prometiste amar y cuidar
el resto de tu vida.
Aquí está la clave para tener
todo lo que deseas en tu hogar y en tu matrimonio:
“Tú debes confiar en Dios. Dedícate
a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente fiel a Dios.
Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más
deseas. Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en El, y el actuara en tu
favor”. (Salmos 37:3,5)
Acepta a tu pareja como el regalo
especial de Dios para ti, te aconsejo
llevar una vida llena de sorpresas diarias, se espontaneó (a) con tus detalles físicos
y no solo materiales, son muy buenos los regalitos como flores y chocolates
pero, sorprender con un jugueteo o un beso inesperado, es algo que vale mucho más
y se guarda en el corazón, tus arranques locos por sacarle una sonrisa
sorpresiva, es algo que nunca se olvida.
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